Ariadna, hija del rey Minos de Creta, se hizo conocida por un acto de amor y valentía que cambió el destino de un héroe. Cuando Teseo llegó a la isla para enfrentarse al Minotauro —la temible criatura encerrada en el laberinto construido por Dédalo— fue Ariadna quien le entregó el ovillo de hilo que lo guiaría de regreso a la salida. No se trataba solo de un plan ingenioso, sino de un enorme riesgo: estaba traicionando a su padre para salvar a un extranjero, movida por una pasión arrolladora.
Tras la fuga exitosa, ambos huyeron de Creta juntos, pero el desenlace no fue tan romántico como el comienzo. En Naxos, Ariadna fue abandonada por Teseo, quien partió sin dar explicaciones. Hay quienes dicen que fue por orden de los dioses; otros, que fue pura cobardía. Sola en la isla, podría haberse perdido en su dolor —pero el destino, caprichoso como siempre, le tenía preparado algo grandioso.
Dionisio, dios del vino y los excesos, la encontró y quedó fascinado por ella. A diferencia de Teseo, él le ofreció no solo compañía, sino un lugar entre los inmortales. Ariadna se convirtió en su esposa y recibió una corona de oro que, al ser arrojada al cielo, se transformó en constelación. De princesa traicionada a diosa celebrada, hoy es recordada como símbolo de coraje femenino, transformación y renacimiento tras el abandono.
Material: Resina de alta definición
Peso: 450 g
Altura: 9 cm
Largo: 21 cm
*Imágenes meramente ilustrativas.
**Producto frágil.
***Pintura semi manual, lo que da lugar a diferencias individuales en cada producto, tanto en color como en peso.
****Dependiendo del modelo, el producto puede enviarse en partes separadas, con encaje y pegamento, para que el cliente lo ensamble