Bertel Thorvaldsen nació en Dinamarca, pero fue en Italia donde su talento encontró el escenario perfecto para florecer. Hijo de un escultor de origen islandés, creció rodeado de trabajo manual y del fascinio por el arte. Cuando llegó a Roma, aún joven, fue como si hubiera encontrado un hogar de nuevo. Inspirado en las formas clásicas de la antigüedad, pronto se destacó como uno de los más grandes escultores de su época, rivalizando con los maestros renacentistas.
Su taller romano se convirtió en un punto de encuentro para artistas y admiradores, y su fama traspasó fronteras. Creó obras que parecían respirar, como si el mármol guardara la memoria de la carne y el movimiento. Su escultura de Jasón, que lo colocó en el centro de la escena artística, impresionó tanto que hasta Napoleón le encargó trabajos. Pero a pesar del éxito internacional, se mantuvo fiel a su propia visión, sin dejarse opacar por los caprichos de la nobleza.
Después de décadas en Italia, regresó a Dinamarca como una verdadera leyenda. Fue recibido con honores y dejó un legado que moldeó el arte escandinavo. Al final de su vida, transformó su propia casa en un museo, asegurando que sus creaciones continuaran inspirando a las futuras generaciones. Su nombre quedó inmortalizado no solo en estatuas, sino en la propia historia de la escultura europea.
Material: Resina de alta definición
Peso: 312 g
Altura: 23 cm
Largo: 7,1 cm
Ancho: 6,4 cm
*Imágenes meramente ilustrativas.
**Producto frágil.
***Pintura semi artesanal, resultando en diferencias individuales en cada producto.
***Dependiendo del modelo, el producto puede enviarse en partes separadas, con encajes y pegamento, para que el cliente lo arme.