Maria Navalha es una figura mítica que habita en las encrucijadas entre el misterio, el dolor y la resistencia femenina dentro de las tradiciones afrobrasileñas, especialmente en la Umbanda y en algunas vertientes de la Quimbanda. Su nombre, afilado como su fama, lleva el recuerdo de una mujer que enfrentó el mundo con una navaja en la mano y el corazón herido — una entidad que mezcla sensualidad, fuerza y una profunda conexión con el dolor de las mujeres marginadas.
Se dice que Maria vivió entre los callejones de las grandes ciudades, donde el abandono era más presente que el amor. Fue traicionada, olvidada y herida — pero no se dejó vencer. Aprendió a defenderse con la cuchilla, no solo de los hombres que la usaron, sino también de un destino que parecía querer sofocar su libertad. Cuando se convirtió en espíritu, no perdió su filo. Hoy se manifiesta con una risa cortante y ojos que ven más allá de las apariencias, protegiendo a quienes sufren en silencio y guiando a quienes necesitan reencontrar su fuerza.
Entre puros, perfumes y espejos, Maria Navalha baila con orgullo y dolor entrelazados. Sus rituales no solo tratan de seducción o belleza: son gritos ancestrales de mujeres que se niegan a desaparecer en las sombras. Con ella, cada herida se convierte en cicatriz — y cada cicatriz, símbolo de poder. Es imposible escuchar su nombre sin sentir un ligero escalofrío: Maria no pide permiso; entra como un corte preciso, recordando que hasta las almas rotas pueden ser majestuosas.
Material: Resina de alta definición
Peso: 320 g
Altura: 22 cm
Imágenes meramente ilustrativas.
Producto frágil.
Pintura semi manual, resultando en diferencias individuales en cada producto, tanto en color como en peso.
Dependiendo del modelo, el producto puede enviarse en partes separadas con encaje y pegamento para que el cliente arme.
El peso puede variar según la manufactura de la pieza.