En los salones de Asgard, donde los guerreros caídos sueñan con batallas eternas, también existen aquellos que buscan la sanación. Es allí donde Eir, la diosa de la medicina, extiende sus hábiles manos para aliviar heridas y restaurar fuerzas. Mientras otros dioses empuñan espadas y martillos, ella porta el conocimiento de las hierbas, las runas y los misterios de la vida. Su nombre, susurrado en tiempos de necesidad, es un recordatorio de que no todas las batallas se ganan con armas.
Se dice que habita en una montaña sagrada, rodeada de otras doncellas sanadoras, todas poseedoras de antiguos secretos. Los nórdicos creían que quienes recibían su gracia podían recuperarse incluso de los males más oscuros. Pero Eir no sanaba a cualquiera: había que merecerlo. Su don no se otorgaba por compasión, sino por honor, como una recompensa para aquellos que aún tenían un papel que cumplir en el mundo de los vivos.
Aunque silenciosa en las grandes sagas, su presencia se siente cada vez que alguien sobrevive contra toda probabilidad. Eir no exige templos ni ofrendas; su devoción reside en el respeto por el equilibrio entre la vida y la muerte. Y así, entre el estruendo de las batallas y los susurros de las plegarias, ella sigue tejiendo el fino hilo de la existencia, decidiendo quién recibe un día más bajo el cielo gris del Norte.
Material: Resina de alta definición
Peso: 300 g
Altura: 21 cm
Ancho: 10,8 cm
Longitud: 8,7 cm
*Imágenes meramente ilustrativas.
**Producto realizado de forma semi artesanal; puede haber pequeñas variaciones en relación con la foto, dimensiones y peso.
***Producto destinado a decoración, no es un juguete.
****Producto frágil.
*****La tonalidad de los colores puede variar según la configuración de cada monitor.