Polimnia, una de las nueve musas de la mitología griega, era la guardiana de la poesía sagrada, de los himnos religiosos y, curiosamente, también del silencio contemplativo. A diferencia de sus hermanas, que se entregaban a las artes escénicas y a la celebración ruidosa de la creatividad, ella era representada con un aire pensativo, los dedos en los labios y vestida con túnicas sobrias, casi siempre rodeada de un aura de misterio. Se decía que, mientras las otras musas danzaban, Polimnia reflexionaba.
Su nombre proviene de “muchos himnos”, lo que ya da una pista de su vínculo con lo sagrado. Los poetas antiguos la invocaban cuando deseaban tratar temas elevados, como la gloria de los dioses o la virtud de los héroes. Pero lo que pocos recuerdan es que Polimnia también estaba asociada con la retórica e incluso con la memoria ancestral. Era ella quien susurraba a sacerdotes y oradores, no con estruendos, sino con la suave fuerza de la inspiración silenciosa, esa que llega en el intervalo entre una idea y otra.
Con el tiempo, surgieron curiosas leyendas sobre su vida. Algunos decían que se enamoró de un mortal, o incluso de un semidiós, y que de esa unión nació un poeta desconocido cuyos versos eran tan sublimes que enloquecían a quien los escuchaba. Otros creían que Polimnia nunca hablaba —que todo lo transmitía con la mirada, el gesto y la presencia—. Al fin y al cabo, su historia trata menos de lo que se dice y más de lo que se siente cuando ninguna palabra es necesaria.
Material: Resina de alta definición
Peso: 340 g
Altura: 21 cm
Imágenes meramente ilustrativas.
Producto frágil.
Pintura semi manual, lo que genera diferencias únicas en cada producto.
Dependiendo del modelo, el producto puede ser enviado en partes separadas, con encaje y pegamento para que el cliente lo arme.
