Los elegantes perros conocidos como The Townley Greyhounds son más que simples esculturas de mármol: son símbolos de una antigua devoción entre los humanos y sus compañeros de cuatro patas. Tallados en la tradición clásica, estos galgos representan no solo la belleza física de la raza, con sus cuerpos esbeltos y musculosos, sino también el vínculo emocional que, desde tiempos romanos, unía a los nobles con sus perros de caza.
Se cuenta que, en las villas romanas, era común que se colocaran estatuas de mascotas en los jardines o junto a las tumbas familiares como guardianes silenciosos y compañeros eternos. Los galgos, en especial, tenían un lugar destacado. Rápidos, leales y gráciles, eran vistos como una extensión de la propia elegancia de sus dueños. Los Townley Greyhounds reflejan esta tradición a la perfección: dos figuras que, aunque inmóviles en el mármol, parecen listas para correr en cualquier momento tras una presa imaginaria o simplemente junto a su amo.
El nombre proviene de Charles Townley, un coleccionista británico del siglo XVIII apasionado por el arte clásico. Él adquirió estas esculturas en Italia, creyendo que representaban la cúspide del arte decorativo romano. Desde entonces, los galgos se han vuelto casi legendarios en el mundo de la arqueología y el arte. Hoy, al mirarlos, es fácil olvidar que son solo piedra — tan fuerte es la sensación de movimiento contenido y la historia silenciosa que llevan en sus ojos atentos y postura orgullosa.
Material: Resina de alta definición
Peso: 232 g
Altura: 17 cm
Imágenes meramente ilustrativas.
Producto frágil.
Pintura semi manual, resultando en diferencias individuales en cada producto.
Dependiendo del modelo, el producto puede enviarse en partes separadas con encaje y pegamento para que el cliente arme.